Preparación: 2 horas
Dificultad: fácil
- 75 gramos de mantequilla
- 75 gramos de azúcar
- 100 gramos de huevo
- 125 mililitros de leche tibia
- 11 gramos de levadura
- 1 pizca de sal
- 350 gramos de harina
- 1 cucharadita de vainilla
- Mantequilla derretida, suficiente
- Azúcar y canela mezcladas, suficiente
Para el glaseado:
- 150 gramos de azúcar moscabada
- 60 gramos de mantequilla, derretida
- 40 gramos de miel de maíz
- 40 gramos de miel de abeja
- 100 mililitros de agua
¼ taza de nueces picadas
Acrema con tu batidor globo la mantequilla junto con el azúcar hasta que esté suave. Agrega los huevos uno a uno. Cambia al gancho de tu batidora.
Mezcla la mitad de la leche con la levadura y deja reposar por 5 minutos.
Agrega a la mezcla de mantequilla junto con la sal, la harina, resto de leche y vainilla. Bate hasta que se forme una masa lisa y elástica.
Engrasa con aceite un tazón, coloca la masa, tapa con plástico y deja reposar en un lugar calientito hasta que doble su tamaño.
Para hacer el glaseado: coloca los ingredientes en una olla de fondo grueso y ponla l fuego hasta que empiece a hervir. Saca y reserva.
Saca la masa, mezcla y divide en trozos de aproximadamente 20 gramos.
Engrasa un molde redondo y cubre con papel encerado, enharínalo.
Coloca las nueces y la mitad del glaseado.
Cubre cada una de las bolitas de masa en la mantequilla derretida y luego las pasas por la mezcla de azúcar y canela; ve colocándolas sobre tu molde una encima de la otra.
Tapa con plástico y coloca en un lugar calientito para que se vuelva a fermentar.
Cubre con el resto del glaseado.
Hornea a 170º C por 30 minutos aproximadamente ó hasta que la masa esté cocida por dentro.
Saca y desmolda.